Puede que el correo electrónico, los servicios de streaming, las redes sociales, la IA y demás aplicaciones digitales sean relativamente nuevas, pero todas ellas se han vuelto indispensables en muy poco tiempo. Ofrecen muchas ventajas, pero los científicos advierten que también tienen un lado negativo. Todos esos datos deben procesarse y almacenarse en centros de datos, lo cual consume una enorme cantidad de energía. Algo tan intangible como “la nube” emite en realidad más CO2 que la industria aeronáutica mundial. Como resultado de todo ello, muchas personas, sin saberlo, son mucho menos sostenibles de lo que creen.

Más datos que confirman lo anterior: enviar un correo electrónico equivale a tener una bombilla encendida durante 30 minutos. Reproducir un vídeo en alta definición durante una hora consume 36 gramos de CO2. Las reuniones online con cámaras web encendidas pueden emitir hasta un kilogramo de CO2. Realizar 20 búsquedas en Google al día (la media mundial) consume unos 329 kilovatios/hora de energía y emite 108 kilogramos de CO2 al año, mientras que hacer una pregunta a ChatGPT consume 15 veces más.

A nivel mundial, el almacenamiento de datos online genera 900 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año, según los cálculos de la Fundación neerlandesa Stimular en 2023. Por poner un ejemplo, Canadá en su conjunto emitió unos 700 millones de toneladas de CO2 en ese mismo año. El consumo de energía de los datos se debe principalmente a los cálculos que conllevan, a su almacenamiento en centros de datos, a su transmisión y al funcionamiento de los dispositivos. Dado que la digitalización del mundo actual es cada vez mayor y cada vez son más las aplicaciones de la IA, los científicos prevén que el consumo de datos no dejará de aumentar en los próximos años. El sector de las TIC, en particular, es un gran consumidor de datos, pero los ciudadanos también tienden a consumir más de lo que creen. Con estos 6 consejos, reducirás tu huella digital de inmediato:

Consejo 1: Calcula tu huella

Para saber hay que medir. Puedes calcular tus propias emisiones de CO2 a través de la web CeroCO2. También podrás comparar tu consumo con la media de Europa y del resto del mundo. Por ejemplo, de media, las personas escuchamos dos horas de audio al día. A nivel mundial, esto se traduce en unas emisiones de CO2 de 72,5 millones de kilogramos al año. En el sitio web indicado podrás encontrar un desglose de tu consumo y algunas medidas concretas que puedes adoptar para reducirlo.

Consejo 2: Organiza tu información digital

Por ejemplo, echa un vistazo a la información online que almacenas en Google Drive, Dropbox o cualquier otro servicio similar y decide lo que realmente necesitas conservar en la nube. Mueve los documentos y fotos que quieras conservar a un proveedor sostenible como Leafcloud y elimina el resto. Leafcloud almacena los datos de forma más local (en Europa) y aloja sus servidores en edificios de apartamentos y en residencias de ancianos, en lugar de en centros de datos. De este modo, el calor residual que generan se destina a calentar esos edificios.

Comprueba también tu bandeja de entrada y salida y elimina los correos y boletines que no necesites. Aunque quizá no seas consciente de ello, todos esos correos, documentos y adjuntos se almacenan en servidores, lo que supone un gasto innecesario de energía.

Consejo 3: Utiliza el Wi-Fi siempre que sea posible

Una conexión a Internet móvil (sin Wi-Fi) consume entre 15 y 20 veces más energía que una conexión Wi-Fi . Esto se debe a que los dispositivos Wi-Fi tienen un alcance corto. En pocas palabras, necesitas más energía para conectarte a una torre de telefonía móvil situada a varios kilómetros de distancia que al router de casa. ¿Estás de viaje? En ese caso, al cambiar constantemente de torre de telefonía móvil consumirás mucha más energía. Desactiva los datos cuando te vayas de viaje y utiliza las redes Wi-Fi siempre puedas, y contribuirás así a la protección del medio ambiente.

Consejo 4: Usa el correo electrónico de forma más inteligente

Un correo enviado sin adjuntos emite unos 4 gramos de CO2 mientras que, con una foto adjunta, emite unos 50 gramos de CO2. ¿Cuántos correos electrónicos envías al día? La media mundial es de 75, nada más y nada menos. Sin duda, si dejamos de enviar correos de una sola línea (como “OK” o “De acuerdo”) ya habremos avanzado mucho. Pero también hay que tener en cuenta quién recibe tus correos. ¿Realmente tienes que poner en copia a todas esas personas?

La forma más rápida de reducir el impacto ambiental de tu bandeja de entrada probablemente consista en darte de baja de todas esas newsletters que no lees. Existen varias herramientas gratuitas online, como CleanFox , con las que puedes darte de baja de todos esos boletines no deseados a la vez.

Consejo 5: Emplea la IA con prudencia

La inteligencia artificial está por todas partes y cada vez va a más, pero no la uses para cualquier cosa. Las grandes redes neuronales que hay detrás de la IA requieren un hardware muy avanzado que consume mucha energía. ChatGPT y otros servicios similares también tienen que procesar y almacenar enormes cantidades de datos. Pedir a ChatGPT que escriba un ensayo sobre el cambio climático consume prácticamente la misma energía que encender el microondas durante 12 segundos a 900 W, según los cálculos de la Universidad de Utrecht. Puede que no parezca mucho, pero cada día se realizan 1.000 millones de consultas en todo el mundo. Calcula tus emisiones de CO2.

Consejo 6: Utiliza los servicios de streaming con responsabilidad

El vídeo de la canción “Baby Shark Dance” alcanzó la friolera de 9.000 millones de reproducciones en 2021. Esto significa que solo esa canción generó más emisiones deCO2 que todo Croacia en un año. 

Por suerte, podemos hacer bastantes cosas para reducir nuestro consumo de energía. Por ejemplo, establece por defecto un nivel de calidad más bajo. Reproducir un audio con calidad media —en lugar de con la calidad más alta— reduce el uso de datos en un 40 %. Y si solo quieres escuchar música, no pongas un vídeo, pon solo el audio. De este modo, reducirás las emisiones hasta en un 25 %. O mejor aún, descárgate la música, los podcasts y tus programas favoritos con Wi-FI (por ejemplo, si vas a viajar) para verlos luego sin conexión.