Para muchas personas, el olor de los productos de limpieza equivale a una sensación de higiene y orden. Pero, en muchas ocasiones, el medioambiente suele pagar un precio muy alto para que tu casa esté resplandeciente. Cada tipo de limpieza requiere un producto distinto Y normalmente vienen envasados en plástico, e incluyen sustancias nocivas como el cloro y los fosfatos, que suelen acabar en nuestros ríos y mares.

Seguro que hay una forma más sostenible de limpiar pero, ¿y por dónde empezamos? Hablamos con Diet Groothuis, autora de 'Het Grote Poetsboek' (El gran libro de la limpieza) y 'Het Groene Poetsboekje' (El libro de la limpieza verde), y con Mara Broeren, fundadora de la empresa 'La tienda de la limpieza verde', que nos dan algunos consejos.

1. Más que suficiente con tres productos: jabón ecológico, bicarbonato sódico y vinagre

A Diet Groothuis le fascina cómo los fabricantes de productos de limpieza dedican mucho empeño a la hora de diseñar y comercializar sus productos. “Una botella nueva para cada tarea, cada cual con sus múltiples productos químicos”, dice. Y, sin embargo, la autora reconoce que no necesitamos más que estos tres productos: “jabón ecológico, bicarbonato sódico y vinagre de limpiar. La limpieza no ha cambiado tanto desde la época de nuestros abuelos y abuelas". El jabón ecológico es ideal para suelos, manchas o hornos grasientos. Al diluirlo se convierte en un excelente limpiador multiusos. El bicarbonato sódico ayuda con los olores desagradables, los fregaderos atascados y la limpieza del inodoro. ¿Y el vinagre de limpiar? “Deja impecables las ventanas, suaviza los tejidos y elimina la cal en duchas y lavabos". 

Por su parte, Mara Broeren, que tiene un puesto de productos de limpieza  sostenibles en varios mercados de Ámsterdam y alrededores, añade: "Esos tres productos son estupendos, pero hay que fijar unas proporciones adecuadas para cada tarea. Vivimos en una sociedad que funciona las 24 horas del día. La gente no quiere perder el tiempo con medidas ni unidades. Si no tienes tiempo para esas cosas, los productos de limpieza sostenible te servirán a la perfección”.

2. No malgastes los productos

Un generoso chorro de limpiador multiusos en el cubo, un puñado de polvo limpiador para el fregadero... ¿Te suena? Pues no es necesario usar tanto detergente. "Se pueden lavar los platos con unas gotas de jabón y la lavadora funciona perfectamente con una cucharada de detergente", explica Groothuis. "Mucha gente piensa que el tapón del detergente debe ser la medida a utilizar, pero no es así". 

3. Evitar el cloro y el suavizante

Retrato
Diet Groothuis, autora de 'El gran libro de la limpieza'

El suavizante, ese producto que deja tan suaves las toallas, también contribuye a obstruir las tuberías. "Además, es muy perjudicial para las aguas superficiales por los productos químicos que contiene", afirma Groothuis. ¿Su alternativa? Vinagre natural. "Y si no te gusta el olor, también hay vinagre con lavanda".

Broeren y Groothuis coinciden en que nadie debería usar lejía con cloro en casa. “La gente asocia el olor con la limpieza, pero la lejía con cloro solo blanquea. No limpia”, afirma Broeren. “Me cuesta mucho entender por qué la seguimos utilizando”, añade Groothuis. "Con bicarbonato sódico se consigue el mismo resultado", asegura la experta.  

4. Limpia con frecuencia y evitarás “matar moscas a cañonazos”

Muchos de los ingredientes de los productos de limpieza están diseñados para combatir la suciedad rebelde. "Los fabricantes saben que no nos gusta limpiar el horno cada vez que lo usamos… y se aprovechan de ello", explica Broeren. Puede parecer contradictorio, pero si haces limpiezas frecuentes (por ejemplo, limpia el horno después de usarlo), a la larga te ahorrarás mucho trabajo. Groothuis lo tiene claro: "Los filtros del lavavajillas, las juntas de la lavadora y las rejillas de la campana extractora son un buen ejemplo: si no dejas que la suciedad se descontrole, te ahorrarás mucho esfuerzo innecesario". 

Limpieza sostenible no es sinónimo de limpieza menos profunda, solo requiere un poco más de planificación. Por ejemplo, la suciedad incrustada en el microondas o en el horno se puede eliminar con jabón ecológico, pero hay que dejarlo actuar durante 24 horas, apunta Groothuis. Los inodoros vuelven a quedar relucientes con bicarbonato sódico y agua tibia, pero hay que dejar que actúe durante una hora. "Sí, lleva más tiempo", dice Broeren, "pero es necesario para conseguir una limpieza más sostenible".

5. Controla tus hábitos de limpieza

Mara Broeren junto a otra persona tras un puesto de productos de limpieza
Mara Broeren, fundadora de 'La tienda de limpieza verde'

Está claro que no es necesario lavar una camisa o unos pantalones cada vez que se usan. Pero también hay que tomar decisiones sostenibles para la ropa que ya está sucia. Tal y como apunta Broeren: "El detergente líquido es principalmente agua. Viene en grandes botellas de plástico y su transporte es caro". Por eso, en su puesto, las tiras de detergente son uno de los productos estrella. "Me hacen muchas preguntas al respecto. La gente ha oído que no funcionan bien, pero si se usa para manchas muy grandes, hay que complementarlas con un poco de bicarbonato sódico y la diferencia será evidente". 

En su libro, Groothuis recomienda recoger castañas en otoño, cortarlas en cuartos y añadirlas a la colada. “Con unos diez trozos por carga es suficiente. Las castañas contienen saponina, que crea una espuma jabonosa y funciona muy bien". 

Sin embargo, la temperatura del lavado también es importante. "A 40 grados o menos, la ropa puede parecer limpia, pero sobrevivirán todo tipo de microorganismos. Por eso es mejor lavar la ropa de cama, la ropa interior, los paños de cocina y las toallas a 60 grados".

6. Secadoras, no gracias

Existe una alternativa gratuita y muy sostenible a la secadora: el sol y el viento. "Salvo excepciones muy concretas, las secadoras son realmente absurdas". Y Groothuis enumera las desventajas: "La ropa se desgasta más rápido, las toallas absorben menos humedad tras pasar por la secadora y consumen mucha energía". 

Para evitar que la ropa huela a humedad, hay que dejar suficiente espacio entre las prendas en el tendedero. “Además, ¿hay algo mejor que la ropa tendida al sol?”, se pregunta. Para quienes tengan mucha prisa, SpeedDryer es una alternativa sostenible: un tendedero eléctrico giratorio que seca la ropa en dos horas. 

7. No tires el aceite por el fregadero

La mayoría de la gente sabe que no se debe tirar el aceite de freír por el fregadero, pero, ¿qué pasa con la película de grasa que queda en la sartén? En las alcantarillas, esa grasa se solidifica y se adhiere a las tuberías, provocando atascos. Coge una toalla de papel y seca la grasa de la sartén antes de fregar los platos.

Además, Groothuis recomienda verter una cucharada de bicarbonato sódico y un litro de agua hirviendo por el fregadero una vez al mes. “Preferiblemente antes de acostarse, para que la grasa se disuelva durante la noche. A la larga, ahorrarás en gastos de fontanería". 

8. Utiliza textiles sostenibles

Los paños de microfibra son muy prácticos, pero tienen un gran inconveniente. Están llenos de partículas de plástico que acaban en el agua. “Es mejor optar por un paño de tejido orgánico o de lino. Y mejor usar un cepillo de madera para lavar los platos”, dice Broeren. Además, puedes sustituir los estropajos por esponjas de fibra de coco o luffa, una planta similar al calabacín.

9. Ventilación, ventilación y ventilación

La parte más importante de la limpieza se suele pasar por alto, afirma Groothuis. “Es fundamental ventilar la casa. De hecho, es más importante que limpiar el baño o cepillarte los dientes". 

En muchos hogares, el ambiente interior es realmente malo, lo que puede provocar dolores de cabeza, alergias, problemas respiratorios y problemas de piel, entre otros. “Por ejemplo, mucha gente piensa que la ventilación mecánica del cuarto de baño es suficiente pero, en cuanto se apaga la luz, termina la ventilación”. Lo mejor es dejar las ventanas o puertas abiertas después de cocinar, cuando hayas tenido invitados o cuando se empañen las ventanas. "Si no lo haces y sale moho, puedes terminar con un problema serio". 

El impacto de tu dinero

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