El ritmo de consumo de ropa, calzado y otros artículos textiles continúa en aumento en Europa. De acuerdo con un informe reciente de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), los ciudadanos de la Unión Europea adquirieron en 2022 un promedio de 19 kilos de productos textiles por persona, lo que representa un incremento de dos kilos respecto a 2019. Según el Estudio AEG "Los Españoles y su armario" en España casi 6 de cada 10 personas compran ropa cada mes. En Holanda, por su parte, compran una media de unas cincuenta prendas al año, según un estudio de Milieu Centraal. No es de extrañar: las colecciones se suceden rápidamente para incitar al consumidor a seguir comprando. Al mismo tiempo, el fast fashion (modelo de producción de ropa que lleva las prendas a las tiendas de la forma más rápida y barata posible) suele ser de peor calidad, produciendo artículos más baratos, pero que también duran menos.

"Al comprar algo nuevo nuestro cerebro libera dopamina, lo cual nos produce una sensación de felicidad", afirma Judith Roumen, investigadora conductual de Milieu Centraal. Pero esta sensación dura poco, así que tenemos que comprar de nuevo para volver a experimentarla". "Este comportamiento se ve potenciado por los anuncios online y en las tiendas, las rebajas, las nuevas colecciones y los influencers que se asocian con marcas de ropa. Así se establece una especie de círculo vicioso: compra mucho, compra a menudo, es lo normal".

Emisiones de CO2, contaminación del agua y abusos

Pero este comportamiento tiene un precio. La industria de la confección general el 8% de las emisiones mundiales de carbono, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Para fabricar una sola camiseta de algodón se necesitan unos 2.700 litros de agua, según el Fondo Mundial para la Naturaleza. El teñido de textiles representa una quinta parte de la contaminación mundial del agua, según un estudio de ScienceDirect, y la mayor parte de los 92 millones de toneladas de residuos textiles acaban cada año en los vertederos. Más de un tercio de los microplásticos presentes en los océanos proceden de fibras textiles sintéticas.

Y no hemos hablado de las condiciones en las que se confecciona parte de la ropa. Por ejemplo, una investigación encubierta de la cadena británica Channel 4 en 2021 reveló que los trabajadores de las fábricas chinas de Shein trabajaban jornadas de 18 horas, no tenían libres los fines de semana y, si cometían un error, tenían que devolver dos tercios de su salario. Por su parte, el trabajo infantil sigue siendo habitual. Unicef​​ calcula que alrededor de 250 millones de niños trabajan en la industria de la confección en todo el mundo.

Tienes más influencia de la que crees

El impacto de la industria de la confección es enorme. Afortunadamente, como consumidor, tienes más influencia de la que crees. Con comprar seis prendas menos al año, ya estás ahorrando 40 kilos de CO2, según ha calculado Milieu Centraal. Si cada holandés hiciera esto, se ahorrarían en un año tantas emisiones de CO2 como las que generan 80.000 vueltas al mundo en coche. Si sigues los siguientes consejos, conseguirás que tu armario sea más sostenible que nunca.

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Consejo 1: Sumérgete en tu armario

Chiara Spruit, fundadora de je Kast. Foto: Anne den Haan
Chiara Spruit, fundadora de je Kast. Foto: Anne den Haan

¿Quieres comprar menos? Pues bucea en tu armario. Es muy probable que ya tengas ahí el outfit perfecto, dice Chiara Spruit. Chiara fundó la plataforma Indiaan in je Kast y se dedica a evaluar con los clientes la ropa que ya tienen en el armario. Es cuestión de ver “la foto completa”, afirma Chiara.

"Tu armario es un resumen de tu vida. La camiseta de aquel concierto tan especial, esa tela que te encanta desde niña, esos vaqueros que te quedan pequeños pero que te resistes a reciclar...". Según Chiara, el gusto por la ropa se desarrolla a partir de los cinco años. "Y cuando tu vida cambia —cuando entras en la pubertad o empiezas a estudiar o a trabajar— tus gustos también cambian. Por eso hay que preguntarse si toda la ropa que tienes sigue encajando con tu vida actual".

Chiara recomienda hacer una  happy list (lista feliz). "Haz una lista con tus cinco o diez prendas favoritas, las que realmente te hagan ilusión. Una lista que diga algo de ti — un país, una actividad, un estilo de música, un valor que defiendas. Y luego echa un vistazo a tu armario. ¿Qué prendas encajan en esa lista? ¿Qué relación tienes con ellas? Y empieza con esa cinco o diez prendas".

Por ejemplo, una clienta de Indiaan en je Kast le dijo una vez que su mayor afición era nadar y que le encantaría ir la piscina todos los días. "Sin embargo, en su armario tenía sesenta vestidos, quince pares de pantalones, ocho jerséis y un mísero bañador con la goma totalmente cedida. Era evidente que en su armario faltaba equilibrio. Le aconsejé que invirtiera en un bañador de buena calidad que le hiciera sentir bien. Y que no necesitaba más vestidos".

Consejo 2: Crea un armario cápsula

¿Cuánta ropa necesitas para llevar algo cómodo todos los días? Esto varía de una persona a otra, pero según la estilista sostenible Laura Lagom, la media es de 35 prendas. Laura es experta en confeccionar "armarios cápsula", es decir, un armario minimalista con las prendas esenciales para ti. "Si consigues reducir tu armario a la mínima expresión, te quedarás con tus prendas favoritas. Se acabaron los zapatos incómodos o esos pantalones que te aprietan por todos lados. Todo eso sólo crea ruido en tu armario".

Laura estudió moda en el Amsterdam Fashion Institute y durante años fue una verdadera entusiasta de la moda rápida. "Cada tres meses estrenaba armario, seguía todas las tendencias. Me gustaba ir de compras y me encantaba comprarme cosas bonitas. Hasta que me di cuenta del impacto que la industria de la moda genera en el mundo", asegura.

La ropa más sostenible es la que te pones mucho y cuidas mucho
Laura de Jong

Pasados unos años, Laura se especializó en la moda sostenible y ahora ayuda a sus clientes a confeccionar el armario perfecto. "La ropa más sostenible es la que te pones mucho y cuidas mucho", dice, “es decir, un armario cápsula con tus prendas favoritas”. En Internet puedes encontrar muchos ejemplos de armarios cápsula, aunque cada persona tendrá el suyo propio, apunta Laura. "No te fijes demasiado en las listas de prendas típicas, sino en tu estilo de vida y en lo que te sienta bien".

¿Cuál es la mejor manera de conseguirlo? Necesitas datos, dice Laura. "Me di cuenta de que sólo me ponía el 20% de mi inmenso armario. Ese fue mi punto de partida. Lleva la cuenta de la ropa que te pones durante una semana y analiza por qué te las pones. Así conseguirás una visión de conjunto".

Consejo 3: ¿Está roto? Repáralo o altéralo

Si una prenda está rota o ya no te gusta, no tienes por qué tirarla. Cada vez hay más talleres y empresas que se dedican a arreglar ropa. Por ejemplo, puedes darle una segunda vida a través de La yaya costurera o La cusitora. También puedes aprender a arreglar tu propia ropa con tutoriales. El upcycling de la ropa, esto es, darle una nueva función a materiales viejos, no sólo es sostenible, sino que además está muy de moda, apunta Chiara Spruit. "Los repair cafés están por todos los lados. Y hasta en la serie de televisión And just like that (secuela de Sexo en Nueva York), en la que la moda desempeña un papel clave, la protagonista, Carrie, lleva ropa reciclada."

Consejo 4: Alquila unos vaqueros o un vestido

¿Quieres ponerte algo bonito para una ocasión especial? ¿O ver si te queda bien una prenda, antes de incorporarla a tu armario (cápsula)? Pues echa un vistazo a las bibliotecas de ropa online, como Borow o Lend the label. En ellas puedes alquilar ropa durante un tiempo, y después se limpia y se le da un nuevo dueño.  En la marca de vaqueros sostenibles Mud Jeans puedes alquilar una prenda vaquera pagando una cuota mensual. Al cabo de doce meses puedes quedarte los vaqueros, cambiarlos o devolverlos para reutilizarlos o reciclarlos.

¿Necesitas la ropa o lo que necesitas es otra cosa?
Sara Dubbleman

Consejo 5: Date un descanso. No compres nada durante un tiempo.

Sara Dubbeldam, activista de moda sostenible. Foto: Laura van der Spek
Sara Dubbeldam, activista de moda sostenible. Foto: Laura van der Spek

La activista de moda sostenible Sara Dubbeldam también estuvo enganchada al fast fashion durante mucho tiempo, afirma. Hasta que vio en la tele cómo se derrumbaba un edificio en Bangladesh que albergaba fábricas de ropa. Murieron más de 1.100 personas y quedó meridianamente claro lo terribles que eran sus condiciones de trabajo. "Me di cuenta de que esa ropa la fabricaban marcas que yo llevaba, es decir, que en cierto modo estaba vinculada a ese desastre. Empecé a investigar más a fondo y pronto decidí que no quería formar parte de ese tipo de moda".

Poco después, fundó la plataforma When Sara Smiles , que aglutina a marcas sostenibles y anima a la gente a comprar menos. Ella misma ha decidido no comprar ropa nueva durante el año 2025 y ha inspirado a sus seguidores a hacer lo mismo apostando por el reto “No Buy Challenge”. "Puede parecer una decisión drástica, pero se trata de entrenar tu propia satisfacción", afirma ahora que está casi a mitad del reto. "Una vez que decides que no puedes comprarte nada, evitas todo tipo de tentaciones". 

Sara afirma que ese comportamiento le da mucha paz. "Es bueno para el mundo, y también para uno mismo. Te das cuenta de lo que ya tienes y empiezas a ver la ropa de una forma más creativa". Puedes utilizar distintas apps (como Whering y SmartCloset) para controlar lo que te pones y la app puede proponerte nuevas combinaciones. Es muy útil".A quienes les resulte difícil no comprar nada durante un año, les recomienda empezar poco a poco. "Yo empecé por no comprar nada durante tres meses, y una vez conseguido, lo amplié a seis meses. También es muy importante averiguar por qué compras ropa". Según Sara, nuestra adicción a las tendencias está muy arraigada. "Somos humanos y queremos pertenecer a un grupo, porque nos da seguridad. Con la ropa demostramos a qué grupo pertenecemos. Por tanto, hazte esta pregunta: ¿necesitas ropa o lo que necesitas es otra cosa?