En este 2025 el lema elegido es “Inspirados por la naturaleza para nutrirnos a todos” una consigna que abraza a los más de 200.000 polinizadores animales, pero que pone en el centro a este insecto, las abejas, que fue oficialmente designado como el animal más importante del planeta por la Royal Geographical Society de Londres y el Earthwatch Institute, al considerar que es el único ser vivo que no transporta ningún tipo de patógeno.
Tras su zumbido se esconden cifras contundentes. Casi el 90 % de las plantas con flor y el 75 % de los cultivos alimentarios dependen, total o parcialmente, de la polinización. Y, en un planeta dominado por plaguicidas, monocultivos y crisis climática, el 37 % de las poblaciones de abejas europeas están amenazadas. La ONU alerta de que su declive multiplica el coste de los alimentos y pone en riesgo la seguridad alimentaria global. En un mundo antropocentrista también surgen los proyectos con la ecología en el centro y que combinan ciencia, activismo e incluso algo de poesía urbana. Tres de ellos (en Valencia, Frankfurt y Thuin) demuestran que proteger abejas es también proteger nuestra manera de habitar el mundo. Te los compartimos:
Api Urbana Valencia. Polinización bajo el sol mediterráneo
En pleno corazón de Valencia, “la ciudad de las flores” (como a ellos les gusta llamarla), zumban las abejas de Api Urbana, un proyecto diseñado para fomentar la importancia de la apicultura urbana sostenible y ecológica y que busca mejorar la biodiversidad de las zonas urbanas. Diego Bour Toledo, un experto apicultor con más de una década de experiencia internacional, se asentó en la ciudad mediterránea en 2016 con la misión de proteger a la abeja ibérica. El impulso definitivo llegó en 2023, cuando la ciudad aprobó una normativa que legalizó la apicultura urbana. Cursos y colaboraciones con empresas han sostenido el proyecto como catalizador un catalizador de biodiversidad y educación ambiental.
Api Urbana ofrece un apiario educativo donde ciudadanos pueden formarse como apicultores, aprender sobre la vida de las abejas y participar activamente en la conservación del entorno. Las abejas polinizan cultivos urbanos, revitalizan huertos comunitarios y crean oportunidades laborales verdes. En estos momentos, tienen activo un crowdfunding en la Fundación Triodos para la supervivencia del proyecto. Buscan reunir 17.000 euros para ampliar sus colmenas y seguir investigando nuevas formas de convivencia entre ciudad y naturaleza.
Si quieres saber más sobre el proyecto y echarles una mano puedes hacerlo aquí.
Neues Museum für Bienen, un museo para las abejas
En Frankfurt, el arte contemporáneo y la apicultura urbana se funden en una propuesta insólita. El Neues Museum für Bienen, promovido por el colectivo artístico finger, documenta las múltiples conexiones y dependencias mutuas entre abejas y seres humanos, haciendo visible la importancia de las abejas en una sociedad globalizada. La propuesta no sólo invita a observar a las abejas de cerca, sino también a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza.
A través de talleres, instalaciones participativas y programas educativos, el proyecto se centra también en la integración de la comunidad local, especialmente a grupos en situación de vulnerabilidad. El Neues Museum no es un museo al uso, sino un puente entre el arte y la ecología, entre la ciudad y sus polinizadores. Y provoca una conversación urgente sobre biodiversidad y futuro urbano.
Biodiversity, pequeñas iniciativas para salvar a las abejas en Bélgica
En la región belga de Thuin, un grupo de voluntarios apasionados por la naturaleza impulsa el proyecto Biodiversity. Su objetivo es transformar el paisaje agrícola plantando arbustos y huertos con especies autóctonas como el espino blanco y el negro, esenciales para la alimentación de las abejas. Con más de 500 metros de setos y 200 árboles frutales plantados, el proyecto ha logrado mejorar la productividad agrícola y reforzar el ecosistema local.
La iniciativa, que también involucra a la ciudadanía, invita a dejar crecer los jardines y favorecer la flora de manera espontánea, clave para los polinizadores. Biodiversity preserva el entorno, moviliza conciencias, fomenta la colaboración entre agricultores y voluntarios, y redefine el papel de la comunidad en la conservación. En tiempos de crisis climática y alimentaria, las abejas se revelan como aliadas indispensables.

Te proponemos un pequeño juego.
¿Cuánto sabes de abejas?
¿Cuántas especies de abejas existen?
Pueden entender conceptos matemáticos. ¿Verdadero o falso?
¿Cuántos ojos tienen las abejas?
¿Todas las abejas producen miel?
¿Qué color no pueden ver las abejas?
¿Pican todas las abejas?
¿Cómo se comunican las abejas?
Aquí las respuestas:
Existen más de 20.000 especies de abejas, más que todas las aves y mamíferos juntos.
Verdadero. Pese a tener un cerebro del tamaño de una semilla de amapola, pueden entender el concepto de cero, contar hasta cuatro y reconocer caras durante dos días.
Cinco ojos: poseen dos ojos compuestos y tres ojos simples; ven en ultravioleta, pero no distinguen el rojo.
No, solo las abejas melíferas.
El rojo es imperceptible para las abejas.
No, solo las hembras son capaces de picar. Y no todas las especies pican, muchas carecen de aguijón y en otras es tan pequeño que es incapaz de atravesar nuestra piel.
Seguro que has escuchado hablar de “la danza” de las abejas. Estos insectos tienen un “idioma” multisensorial que combina movimientos, aromas, vibraciones y hasta electricidad.
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