Estás pensando en comprar una vivienda. Buscas, visitas, comparas y, de repente, un buen día encuentras la casa de sus sueños. Llega el momento de echar cuentas y, después de varias sumas y restas, compruebas que sus ahorros no son suficientes para hacerte con ella. Necesitas una hipoteca, pero ¿cuál le conviene? ¿Cómo puede elegir la que mejor se ajuste a su situación económica?

Aunque el 80% de los españoles elije tener una vivienda en propiedad, lo cierto es que los bancos y su lenguaje todavía nos resultan complejos y tendemos a nadar en la confusión de un mar de siglas, números y porcentajes.

Sin embargo, a la hora de solicitar un crédito hipotecario es muy importante tener claros algunos conceptos que nos ayudarán a entender mejor qué estamos solicitando y, de esta manera, elegir la opción que mejor se ajuste a nosotros. Uno de estos conceptos que debemos entender es la TAE.

TAE: el coste de la hipoteca resumido en una cifra

La TAE, o Tasa Anual Equivalente, es “un porcentaje que indica el coste de un producto financiero, referido a un año”, según explica Beatriz García, gerente de vivienda y construcción sostenible de Triodos Bank.

La TAE sintetiza en una cifra la duración, los intereses, los gastos y las comisiones bancarias, además del coste de aquellos otros productos cuya contratación y pago por parte del cliente es obligatoria para obtener el crédito. En el caso del préstamo hipotecario, hablamos de los seguros de vida o del hogar, o de las tarjetas de crédito y/o débito. “No se incluirían aquellos gastos que no se abonan al banco, como los gastos de la notaría, de la gestoría o el registro. La TAE tampoco incluye aquellas comisiones bancarias cuyo pago no es seguro –aquí depende de las condiciones de cada banco–, como la comisión por disponer de cajeros o la comisión por impago”, aclara Beatriz García.

No se incluirían aquellos gastos que no se abonan al banco, como los gastos de la notaría, de la gestoría o el registro. La TAE tampoco incluye aquellas comisiones bancarias cuyo pago no es seguro –aquí depende de las condiciones de cada banco–, como la comisión por disponer de cajeros o la comisión por impago
Beatriz García

Entonces, ¿para qué sirve la TAE? “Además de para saber el coste real de lo que pagaremos por el dinero recibido en concepto de préstamo, es una herramienta muy útil para poder comparar distintos productos, ya que todas las entidades están obligadas a calcular la TAE de la misma forma”, añade la especialista de Triodos Bank. De hecho, el Banco de España tiene la obligación de velar por que todos los bancos ofrezcan esta información de manera correcta a sus clientes y cuenta con una aplicación donde realizar el cálculo. Es una medida de transparencia.

¿Y siempre es fija? La TAE puede ser fija o variable; es fija cuando está referenciada a un tipo de interés fijo, pero cuando está referenciada a un tipo variable, lo que recoge es una estimación del coste de la operación bajo el supuesto de que el tipo de interés no cambiará durante la vigencia del crédito. Sin embargo, al tratarse de hipótesis aplicables a todas las entidades, vamos a poder seguir comparando productos de crédito.

En definitiva, “la TAE es una herramienta que permite comparar las diferentes ofertas y que ofrece una visión ajustada a la realidad de lo que supone el coste del préstamo, que no solo está formado por el importe de los intereses, sino que además tiene en cuenta los gastos bancarios mencionados”, finaliza Beatriz García.