¿Se puede ser activista pro medio ambiente a cualquier hora del día? Compartimos seis maneras, pero hay tantas como acciones realizamos en nuestra vida diaria.

Miel ecológica, más allá de un producto natural

En Europa, el 84% de los principales cultivos dependen de la labor de los insectos polinizadores. Las abejas son sus principales representantes pero su población desciende drásticamente. Como destaca Greenpeace, algunos de estos cultivos se podrían polinizar a mano, aunque eso generaría un coste importante, pero ¿qué ocurriría con el romero, tomillo, zarzamoras, arándanos y otras plantas con menos salida comercial? Hay mucho que hacer al respecto pero, como ciudadano de a pie, se puede empezar por comprar miel ecológica. Como, por ejemplo, la que producen con financiación ética en De osos y colmenas armonizando “trabajo, pasión, respeto por el entorno y procesos naturales”.

Sus responsables, Nila y Ramiro, aseguran haber cerrado un trato con el oso pardo: “Él respeta a las colmenas y, a cambio, las abejas polinizan los cerezos y las arandaneras para que así sean más abundantes los frutos de los que se alimentará. Todos ganamos viviendo en armoniosa vecindad”. El oso, las abejas, la naturaleza y la sociedad.

Abejas de campo y abejas de ciudad

Tampoco hay que irse al campo para interactuar con las abejas. Un movimiento creciente es el de la apicultura urbana con iniciativas como Bee Garden Málaga, que presentó su propuesta en un encuentro en la oficina de Triodos Bank en Málaga. Un patio, un jardín o una azotea se pueden convertir en grandes entornos para las abejas. Entre los objetivos, fomentar el crecimiento de la población de estos insectos, concienciar acerca del problema del que deriva su reducción y por qué no, elaborar miel al lado de casa.

En Reino Unido el fenómeno tiene cifras. El número de miembros de la Asociación de Apicultores Británicos (BBKA) se ha multiplicado por cuatro en los últimos 10 años, en buena parte gracias a afiliados urbanitas. Esto y el apoyo de las autoridades hacen posibles ejemplos como el de los tejados del edificio Custard Factory, en la antigua zona industrial de Digbeth, Birmingham: allí viven 50.000 abejas urbanas.

Cuidado de las aves urbanas

En los últimos 18 años, la población de gorriones en España ha caído un 15%, lo que supone alrededor de 25 millones de ejemplares menos según los datos que maneja SEO/BirdLife. Esta ave es especialmente dependiente de la actividad humana y si no se la ve en pueblos y ciudades, es que algo va mal. Diversos estudios constatan además que en las grandes urbes desaparecen aún más rápido.

Entre otras causas, sus males se asocian a una alimentación deficiente. ¿Cómo hacer algo por ellos y, por extensión, por el resto de pájaros urbanos? Proveyéndoles de alimentación sana y variada en comederos instalados en nuestro jardín, terraza o ventana. SEO/BirdLife cuenta aquí, de forma muy descriptiva, cómo hacerlo.

Ni plagas ni pesticidas

A pesar de su imagen adorable, las mariquitas son unos casi insaciables depredadores de todos esos insectos que amenazan las plantas. Una adulta se puede comer hasta 80 pulgones al día mientras que en su estado de larva, en algunos casos la cifra alcanza los 150. También eligen para su menú otras especies como cochinillas, orugas o larvas de escarabajos. No hay aliado mejor para controlar ecológicamente las plagas del huerto o las plantas de la terraza, sin necesidad de usar productos químicos que afectan al planeta y a la salud de personas y animales.

En www.huertoseducativos.com hay muchos ejemplos más de cómo evitar insectos y otros animales perniciosos para las plantas y numerosos trucos para que un huerto ecológico sea un éxito y, además, aprendamos de él.

2.190 litros esperando al agua caliente

El cálculo dice que en cada ducha desperdiciamos de media entre 3 y 6 litros de agua en lo que esperamos a que llegue a la temperatura adecuada. El cálculo más negativo con ducha diaria ofrece 2.190 litros que se van por el desagüe por persona cada año.

Existen soluciones más o menos complejas para atajar este problema modificando la instalación de la fontanería y también bolsas diseñadas especialmente para ayudar a recoger el agua fría y reutilizarla más tarde. Aunque igualmente sirven cubos, regaderas u otros recipientes. El objetivo, que estos más de 1.000 litros se reutilicen como agua de riego, para fregar o incluso acaben en el bebedero de las mascotas.

Teléfonos inteligentes, también para la naturaleza

Los teléfonos inteligentes ofrecen cientos de oportunidades para proteger el medio ambiente a través de sus aplicaciones. JouleBug es una de ellas, y sus principales fortalezas son su practicidad y su sencillez. La app “reta” al usuario a realizar acciones sencillas para que la actividad diaria impacte lo menos posible en la salud del planeta.

Su funcionamiento en comunidad permite ver qué hacen las personas del entorno personal o laboral y anunciar lo que lleva a cabo cada uno, además de promover acciones en grupo para que sea más efectivo, por ejemplo, solicitar cambios a las administraciones o nuevas normativas verdes. Disponible para iOS y para sistemas Android.

Y tú, ¿practicas algún truco más? La zona de comentarios es un buen lugar para compartirlo…