Narrativamente, ¿qué tiene de único la animación en cuanto a creación y a lo que genera en el público?

La ventaja de la animación es que permite crear todo tipo de mundos. Se pueden hacer muchas cosas, es infinito. En este sentido, podemos generar muchas más sensaciones que con la imagen real, aunque crear un largometraje en animación supone unos 4 años de trabajo, mientras que en solo unos meses se puede rodar y montar una película con actores y actrices.

¿Qué te motivó a trabajar en cine de animación?

De siempre, desde que era un niño, me ha encantado el dibujo. Contaba historias a través del cómic, y a la vez era un apasionado del cine. Al final, la única forma de contar las historias que quería era a través del cine de animación.

El productor Alex Cervantes (derecha) comparte la alegría por el Goya con Carlos Soler (Triodos Bank Valencia)

¿Qué diferencia a Hampa Studio en cuanto a la forma de trabajar?

No somos una empresa al uso. La verdad es que yo soy empresario por accidente. La mayor parte de las personas que formamos Hampa, incluido el equipo directivo, somos artistas. Este componente artístico tan marcado hace que lo que nos preocupa más es que nuestros proyectos queden bonitos, que transmitan al público lo que buscamos, y no tanto la cuenta de resultados.

¿Cuál es vuestro mayor logro hasta la fecha y de qué trabajo estáis más orgullosos?

En series nuestro mayor logro es Cry Babies, una producción en 3D que funciona internacionalmente. Es de las series más vistas en Disney Channel y tiene un canal de YouTube propio muy potente. En cine, Buñuel en el laberinto de las tortugas, por la que acabamos de recibir el Goya.

Algunas de vuestras principales creaciones son adaptaciones de cómics. ¿Cómo es el proceso de animar una obra en la que, originalmente, la imagen ya tiene mucho peso?

Lo primero que hacemos es hablar con el autor del cómic. Una vez tienes su visión, lo siguiente es llevarlo a un guion cinematográfico. Después viene la parte más sensible, porque con frecuencia para la película se busca un estilo gráfico diferente y, a veces, es delicado porque el autor es dibujante y artista. Por eso, tratamos de acordarlo todo y, entonces, empezamos con el desarrollo de la película.

¿Por qué la animación no es solo cosa de niños? ¿Cómo llega a los adultos?

En la sociedad occidental aún cuesta un poco entender que no es solo cosa de niños, aunque esta percepción va cambiando poco a poco. En Japón, por ejemplo, es completamente diferente. Allí lo importante es la historia, independientemente de la técnica con la que se cuente y a quién esté dirigida.

Y en este camino de entender que la animación es para todo tipo de públicos estamos muy contentos de lo que hemos conseguido con Buñuel en el laberinto de las tortugas. Con esta película hemos roto algunos prejuicios y han ido a verla al cine personas que, hasta hace no mucho, ni se hubieran planteado ver una película de animación.

¿Qué futuro tiene el sector de la animación en España?

Si todo sigue como ahora, en unos años llegaremos a una Edad de Oro. En España hay mucho talento y tradición, sobre todo en Madrid, Valencia y Barcelona. Hace años se hacían aquí Los Picapiedra. Después se perdió en gran medida esta tradición, pero en los últimos años se ha recuperado. Empezaron a resurgir los estudios y cada vez más universidades y escuelas enseñan las técnicas.

El problema es que España no deja de representar la mano de obra barata en Europa. Eso supuso que gente muy formada y con mucho talento saliera al extranjero a trabajar en estudios como Pixar o Disney. La parte buena es que, desde que se empezó a salir de la crisis, muchos artistas vuelven a casa, con un nivel de conocimiento que profesionaliza nuestras empresas y nos permite aprender sobre cómo se trabaja fuera o en otros estudios.

¿Qué ha cambiado desde que iniciasteis vuestra trayectoria hace más de 20 años y qué tendencias de futuro intuyes?

Hampa Studio

El equipo de Hampa Studio

El cambio más grande es que ahora se hacen series y películas de animación para adultos. Al principio todo era infantil y los medios de comunicación no se hacían demasiado eco. Ahora hay una tendencia hacia el cine adulto, sobre todo gracias a plataformas como Netflix, HBO o Amazon, que producen este tipo de obras. Eso implica que las entidades y administraciones públicas entiendan también que tienen que apoyar el cine de animación.

Por último, ¿por qué elegiste trabajar con banca ética y qué ha representado para vosotros?

Nosotros empezamos a colaborar con Triodos Bank cuando trabajábamos en Memorias de un hombre en pijama. Buscábamos financiación y mucha gente del cine nos habló de Triodos y de su apoyo al sector de la cultura.

Al principio yo pensaba que quizá era solo un eslogan, pero la verdad es que estoy muy feliz de trabajar con ellos y, desde aquel primer proyecto, nos han apoyado en muchos de los que han venido después. Además, el trato de cercanía es espectacular, muy diferente al de cualquier otro banco. A mí me gusta mucho y nos da mucha tranquilidad porque nos respalda gente a la que le gusta lo que hacemos y que se preocupa por ello.

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