El 56% de las personas ha perdido la confianza en su banco, según una encuesta reciente sobre este valor esencial para la actividad bancaria. Se produce la paradoja de que a la gente le cuesta dar credibilidad a unas entidades con la función social de prestar crédito, y de impulsar así la actividad económica.

Pero, como profesional del sector, es un alivio ver como en paralelo cada vez más personas se dan cuenta de que, en realidad, no existe ninguna razón para que la actividad bancaria esté al margen del interés social ni de los valores humanos. Como en cualquier otra actividad, las cosas se pueden hacer de otra manera en la gestión de los ahorros y en la prestación de crédito.

Aún así, algunas personas convencidas con el trabajo de Triodos Bank y que aprecian cambios tan significativos como saber adónde van sus ahorrosme siguen haciendo esta pregunta: ¿Por qué sois un banco? Se plantean que, si Triodos Bank va más allá del beneficio por el beneficio y sólo financia actividades que también sean social y medioambientalmente rentables, ¿por qué debería ser un banco y no una fundación o una cooperativa de crédito, por ejemplo? Pienso que, sin querer, de este pensamiento transciende la sospecha de que, en el fondo, un banco nunca va a ser algo positivo. Cuesta estar convencido de que se pueden cambiar las cosas.

Reinventar la banca

Intentaré aclarar dudas. Los inicios del proyecto de Triodos Bank empezaron por una fundación en Holanda, en 1971. Su objetivo era abrir los servicios financieros a iniciativas sociales positivas hasta entonces frenadas por falta de apoyo de los bancos, y lo hacía a partir de donaciones a estas organizaciones. Sin embargo, pronto esta estructura resultó limitadapara conseguir mejorar la sociedad, apoyando más proyectos en favor de una mayor calidad de vida, una sociedad más justa o un cuidado real del medio ambiente.

En esos momentos de debate interno, desde el Banco Central Holandés se propuso que la entidad se convirtiese en una cooperativa, quizás para diferenciarla o separarla de las entidades bancarias tradicionales. La pregunta aparece de nuevo: ¿puede ser un banco una entidad financiera con una misión social? Muchos lo dudaban.

Finalmente, en 1980 se creó Triodos Bank. Fue ahí el momento de decidir qué estructura era la más adecuada. Según las palabras de Pierre Aeby, actual director financiero del banco a nivel internacional, se buscaba “poder competir con la banca tradicional y demostrar que también desde el sistema financiero, cumpliendo con los mismos requisitos y bajo una estructura empresarial, era posible reinventar la banca”.

Creo que todos los modelos tienen su papel, pero desde Triodos Bank tenemos la aspiración y la ilusión de ser una alternativa con valores para todos los que decidan utilizar su dinero de forma responsable y consciente. Intentamos cambiar el sistema desde el sistema, esforzándonos para cubrir las necesidades de la mayoría de los ciudadanos, como poder ahorrar, realizar pagos con tarjeta o por transferencia, etcétera.

Un modelo propio

Queremos ser una opción práctica de cambio para las personas que confían en nosotros; sin dejar de ser una opción de auténtico cambio. Por ello, al crear Triodos Bank se intentó fijar un modelo de estructura que protegiese la misión social del banco. Y se creó la Fundación para la Administración de las Acciones de Triodos Bank, cuya función es equilibrar los intereses económicos de los accionistas con el mantenimiento de los valores del banco.

¿Son solamente palabras? La trayectoria de Triodos Bank puede servir para comprobar si esta estructura empresarial realmente protege o no a la entidad de la maximización del beneficio por encima de todo.  Cuando en plena desregulación de las finanzas en los años 90, algunos bancos ofrecían rentabilidades sobre sus acciones superiores a los dos dígitos, Triodos Bank prefirió quedarse por debajo, mantener su modelo y no obsesionarse, como se podría haber hecho, con financiar actividades más lucrativas para obtener más beneficio al margen del carácter del banco. Igualmente, me parece una buena prueba del compromiso social y la solidez de este banco  que su máximo directivo a nivel internacional, Peter Blom, pueda decir que “un banco debería concentrarse en sus clientes, no en sus accionistas, debería centrarse en todas las personas que han depositado su dinero, y en las que han recibido un crédito”. No es algo habitual en el actual sistema financiero.

Creo que nos queda mucho por delante, que tenemos que seguir mejorando para ser la alternativa real para todos que nos proponemos ser. Tenemos que seguir intentando dar respuesta a las expectativas de muchas personas que creen que podemos cambiar muchas cosas en este mundo en el que el dinero parece ir sin rumbo. Nos comprometemos a hacerlo desde unos fundamentos sólidos, desde unos valores sin los que perderíamos el sentido y la fuerza necesarias para ser útiles a la sociedad.